Descarbonización gracias a potentes impulsores
La reducción de las emisiones de CO2, es decir, la descarbonización, afecta a casi todos los sectores económicos y a la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Algunos ejemplos son una energía asequible y limpia (ODS 7) o el objetivo Vida en tierra (ODS 15), que tiene como objetivo la recuperación de ecosistemas amenazados. La descarbonización puede contar con potentes impulsores. Por ejemplo, las políticas: el «Green Deal» de la Unión Europea persiguen el ambicioso objetivo de hacer de Europa el primer continente neutro en carbono para 2050. A esto se añaden el progreso tecnológico y la conciencia empresarial sobre el cambio climático.
Movilización de billones
Esto proporciona el potencial económico correspondiente. Por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que, dependiendo del escenario, la descarbonización podría generar entre 2,3 y 4,5 billones de dólares americanos de inversión anual a partir de 2030. Las soluciones eficaces para hacer frente al cambio climático son numerosas y a menudo ya están establecidas tecnológicamente. En el análisis se pueden dividir en cuatro campos: Energías renovables como la solar y la eólica (véase el siguiente gráfico), así como la eficiencia energética conseguida, por ejemplo, gracias a las bombas de calor. A esto se añade el cambio hacia una movilidad sostenible, que puede lograrse, por ejemplo, con vehículos eléctricos y transporte público. Por último, la eficiencia de los recursos es importante, por ejemplo, con la transición a la economía circular. Estos cuatro campos se corresponden con las principales áreas de inversión que hemos identificado para los inversores.